3.4.13


Tenemos la mala costumbre de aferrarnos a las personas, de convertirlos en nuestros pilares fundamentales que en cuanto fallan, nuestro edificio decide derrumbarse. ¿Y sabes que es lo peor de cuando se van? El silencio. El silencio, es las noches eternas y solitarias, donde sin tú quererlo los recuerdos se agolpan en tu mente, ese silencio que se llena de ruido al recordar sus palabras, tus palabras, y todas aquellas que quisiste decir, y no fuiste capaz. Y las mañanas, las horribles mañanas donde después de una horrible noche, te despiertas y le buscas en tu cama y no hay nada, ahí solo estás tú, tú y ese silencio de la soledad. Y el tiempo pasa, y tú te intentas recomponer, buscas ayuda, pero no sabes a quien acudir, y la única persona que se te ocurre es la que más lejos esta. Y piensas "¿Qué me queda?" Y mientras buscas una respuesta, todo la atmósfera se envuelve de ese silencio que va matándote por dentro, rompiéndote en mil pedazos a cada segundo que pasa.

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